VENTURA ABRE LA CONVOCATORIA DE SU SEGUNDA EDICIÓN
El realizador Mariano Llinás será el tutor de los proyectos cinematográficos nacionales seleccionados para la plataforma de formación y coproducción con sede en Tui, Galicia.
El director y guionista argentino Mariano Llinás (“Historias extraordinarias”, “La flor”) será el tutor de los proyectos nacionales que resulten seleccionados para participar en la segunda edición de VENTURA, una iniciativa creada por el Festival Internacional de Cine Play-Doc, cuya convocatoria está abierta desde el 11 de septiembre.
VENTURA es una plataforma internacional concebida para el desarrollo de proyectos cinematográficos independientes, españoles e internacionales, con una fuerte visión artística, y que ofrece un programa que comprende la formación profesional, el desarrollo de proyectos y los encuentros de coproducción a través de actividades presenciales y virtuales. Entre los proyectos seleccionados de las cerca de 300 propuestas que se presentaron a la exitosa primera edición se encuentran las nuevas producciones de Luís Urbano, Beli Martínez, Andrea Queralt, Felipe Lage o Thomas Ordonneau, junto a cineastas como Maureen Fazendeiro, Ben Rivers, Camilo Restrepo, Carla Andrade y Alessandro Comodin, entre otros.
VENTURA acepta proyectos de cualquier país, sea cual sea la etapa en la que se encuentren –desarrollo, producción o postproducción–, sin restricciones respecto a la duración, el formato o el género cinematográfico. En cada edición se seleccionan diez proyectos divididos en cinco españoles y cinco internacionales. El programa está planteado en tres etapas: los proyectos nacionales participan en todas las etapas mientras que los internacionales son invitados a unirse directamente a la tercera y última fase, correspondiente al Foro de Coproducción Internacional.
Finalmente todos los participantes presentarán sus respectivos proyectos ante un jurado de prestigio internacional que concederá un premio en metálico de 10.000 €. Asimismo, VENTURA ofrecerá una serie de premios en servicios.
La convocatoria para participar en la segunda edición de VENTURA ya está abierta. La fecha límite de admisión para los proyectos nacionales es el 22 de octubre, mientras que la correspondiente a los proyectos internacionales es el 26 de noviembre. Toda la información, así como las bases de participación y el formulario de inscripción se puede encontrar en www.ventura.gal
Trabajar con la materia: una conversación con Mariano Llinás
La Asociación Cultural Enfoques, responsable del festival de cine Play-Doc desde hace dos décadas, así como de las dos ediciones de VENTURA, ha invitado al cineasta argentino Mariano Llinás para ser el tutor encargado de la residencia de escritura, etapa central de VENTURA que tendrá lugar en enero de 2024 en la Finca Remesal, un espacio ideal para el desarrollo del trabajo creativo, ubicado en los alrededores de Tui, en la ladera del parque natural del Monte Aloia y en plena comunión con la naturaleza. Según la organización, Llinás, además de su excelente capacidad como docente, es la persona ideal para desempeñar esta labor, precisamente por su postura crítica ante este tipo de actividades.
Reconocido como director de películas como “Historias extraordinarias” y “La flor”, además de guionista de “La cordillera” y “Argentina, 1985”, Llinás es también uno de los mejores y más originales pensadores del cine contemporáneo. Su experiencia como guionista, crítico, docente y tutor de decenas de proyectos le han permitido estudiar y analizar los modos y modelos del quehacer cinematográfico, tanto desde su lado de producción como, principalmente, del estético. Si algo caracteriza a Llinás y a su obra es su carácter de polémica, la manera en la que sus ideas discuten permanentemente todos los preconceptos y supuestos que se manejan en el mundo de la creación, la producción y hasta de los festivales de cine.
Además de su indudable talento y experiencia, es ese carácter de “polemista” el que lo convierte en una de las personas más indicadas para este tipo de tutorías, sistema del que es muy crítico y al que intenta, desde su lugar, sacar de las convenciones y lugares más comunes. “Lo que en general pasa es que el sistema está hecho de forma tal que, se supone, con la gira por los diferentes laboratorios un proyecto gana prestigio, gana como como cucardas que le sirven para seguir circulando –analiza el realizador–. Y muchas veces los responsables de los proyectos hacen estos talleres sin tener verdadero interés en lo que los tutores les van a decir. Entonces el tutor, al notar eso, también dice cualquier cosa y no se esfuerza mucho”.
-¿Cómo se evita que una tutoría sea solo eso?
-Es que, vistos así, los talleres y tutorías son un mecanismo que no sirve para nada, salvo para que la gente se gane la vida y lleve adelante sus proyectos. Yo no trabajo así, no me interesa ser parte de eso. Entonces todo lo que podamos hacer en las tutorías va a depender de la voluntad de los participantes de cambiar las cosas, de escuchar. No siempre la gente tiene ganas de eso, no siempre le interesa de verdad. Pero sin un verdadero interés en mejorar los proyectos no tiene sentido el trabajo.
-¿Existe alguna forma o método para lograrlo?
-Para mí, sí. Hay un método claro. Más que un método, una postura. En general, me da la impresión de que este tipo de talleres rara vez están dados por cineastas y, cuando lo están, a veces son peores porque los cineastas no tienen conciencia de su propia técnica. En general, todo gira en torno de lo que podríamos llamar “la expresión”. Cosas del orden de la propuesta estética o de la motivación de por qué uno hace tal o cual proyecto. En general se dicen mucho ese tipo de cosas, cosas que a mí no me interesan para nada.
-¿Qué es lo que sí te interesa de esta tarea?
-Yo tengo mucha experiencia trabajando con películas propias y ajenas, por lo que trato de ir directamente al material. O sea, trabajar con la materia que se quiere filmar, con la materia que se quiere escribir y pensar únicamente desde ahí; es decir, sin elementos externos a la obra o a la futura obra. No me interesa que digan “lo que yo quiero es…”. No es eso, es trabajar directamente con la materia. Eso, me parece, es algo muy poco común en este tipo de talleres. Pero las veces que eso se hace, da muy buen resultado. Funciona.